¿Qué está pasando en EIS en Cuba?
Las políticas de salud hacia las familias homoparentales: marco de referencia para el análisis en Cuba.
La autora realiza una breve historización de las políticas sociales y de salud en Cuba dirigidas a la familia, y analiza cómo la validación del modelo nuclear y heterosexual coloca a las familias homoparentales en una situación de desventaja con relación a la accesibilidad a estos servicios.
Por: Yailyn Rosales Sanchez. Máster en Sociología. Especialista del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX). Aspirante a investigadora. Profesora instructora.
Familias y políticas sociales y de salud: situación en Cuba
Las políticas sociales en Cuba, desde el triunfo de la Revolución, en enero de 1959, han estado encaminadas a la búsqueda de alternativas y soluciones a los problemas económicos y sociales, garantizar los servicios básicos y potenciar los distintos sectores de la sociedad, a través de la participación y la igualdad de posibilidades, oportunidades y libre acceso. La política económica y social que caracteriza al proyecto revolucionario cubano, ha sido consecuente con sus aspiraciones y principios de equidad y justicia social para toda la población, los cuales deben regir la construcción de las mismas.
Los primeros intentos en este sentido se encaminaron hacia la erradicación de la pobreza y la atención a las desventajas que imperaban en la sociedad cubana, asegurando a la población servicios básicos gratuitos y de calidad. Con la crisis de los 90 se plantea una nueva mirada al tema para ajustarse a las condiciones que imperaban en el contexto cubano. Algunos de los cambios más transcendentales están relacionados con la aparición de nuevos sectores económicos, la apertura al cuentapropismo y la inversión extranjera; aunque es importante señalar que se trataron de mantener las conquistas sociales alcanzadas hasta el momento, relacionadas con la educación, la salud y la asistencia social. (Espina, 2012)
En el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), celebrado en abril de 2011, se aprobó una plataforma de cambios, denominada "Proceso de Actualización del Modelo Económico Cubano", lo cual implicó la apertura a una nueva etapa del desarrollo. Su objetivo radica en el logro de una articulación entre el ámbito económico y social, donde el crecimiento económico respalde la efectividad de las políticas sociales y estas, a su vez, se conviertan en un medio para su crecimiento como garante del incremento de la productividad. El mantenimiento del carácter universal de las políticas, incide en el aumento de la productividad, calificación de los/as trabajadores/as y estándares adecuados de calidad de vida. (Zabala, 2017; Espina, 2012)
Por tanto, las políticas sociales en Cuba, aún bajo este proceso de transformación, continúan colocando al ser humano y sus necesidades básicas como centro de atención. La equidad y la universalización constituyen conceptos claves en el proceso de elaboración e implementación de las mismas. Además, resulta una tarea prioritaria para el Estado, garantizando su eficaz cumplimiento y la inversión en sectores claves para lograr estos estándares, como es el caso de la salud.
En la Carta Magna1, aprobada en 2019, se declaran los principios que van a regir las políticas, encaminados al reconocimiento de la salud como derecho y cómo el Estado debe contribuir a que se brinde una atención integral, gratuita y con calidad. En su Artículo 72 plantea que se instituye el acceso desde todos los niveles del Sistema de Salud y se desarrollan programas de prevención y educación, donde la sociedad y la familia juegan un papel primordial. (Asamblea Nacional del Poder Popular, 2019)
Además, en la Ley 41 de la Salud Pública (1983) se reconoce y garantiza el derecho de toda la población a que se atienda y proteja adecuadamente su salud en cualquier lugar del territorio nacional, el carácter estatal de las instituciones, la gratuidad de los servicios y la participación activa y organizada de la población en las actividades correspondientes a la salud pública. (MINSAP, 1983)
La atención a las demandas de salud de la población cubana, ha constituido un punto clave del accionar de las políticas sociales. Se han logrado mantener aun cuando las condiciones económicas del país se han constreñido. Históricamente, estos principios han constituido una constante en el sistema de políticas sociales cubano, y en especial de las políticas de salud. Por ejemplo, en los 90 se adoptan una serie de medidas que incluyen a este sector, donde la comercialización de los servicios pasó a ser una de las opciones más acertadas. Se crearon servicios de atención a la salud para extranjeros que se cobran. Se promueve el intercambio de profesionales de la salud, que brindan sus servicios de atención a la población, en países de diversas regiones, por los cuales Cuba recibe ingresos que contribuyen a su autofinanciamiento. Es preciso señalar que con todas estas alternativas todavía el país no logra resolver los problemas de desbalances entre los gastos y los costos en salud, que se generan en un sistema con las características del mismo. Pretende cumplir metas altas en una época de cambios demográficos marcados por el envejecimiento de su población y de crisis económica mundial. (De Souza; Fleitas, 2014)
Otro de los cambios en que han estado inmersas las políticas de salud está relacionado con la descentralización de los servicios, potenciando la Atención Primaria de Salud, con lo cual se logra una mayor implicación de la localidad en la calidad de vida de sus habitantes. (De Souza; Fleitas, 2014) En este sentido la familia entra a jugar un papel protagónico, como célula básica de la sociedad. Constituye la primera red de apoyo social con que cuenta la persona. El apoyo que ofrece es el principal recurso que se emplea por el personal de la salud en la implementación de las campañas de prevención de las enfermedades y sus daños. Todo esto ha sido constatado empíricamente a través de estudios que demuestran la relación entre las condiciones de vida de la familia y la incidencia de enfermedades. Además, existe una estrecha relación entre las dinámicas que se generan en su interior y la exposición a los problemas de salud. (Louro, 2003)
En función de esta relación, el Sistema de Salud ha implementado una serie de programas que inciden directamente sobre este grupo social. Se han enfocado a determinados miembros de la familia, lo cual hace que se pierdan de vista la necesidad de entenderla como grupo social con interacciones propias. Dentro de estos programas se destaca:
• Atención al adulto mayor: tiene como premisa mejorar la calidad de vida de este grupo social, destinando los recursos necesarios para cubrir sus necesidades biológicas, psicológicas y sociales. (MINSAP, 2007)
• Salud reproductiva y materno-infantil: este programa tiene como objetivo reconocer los principales indicadores positivos y problemas de salud de la población comprendida en el Programa Materno-Infantil, y evaluar la influencia de factores biológicos, socioeconómicos, geográficos y de la atención médica, que permitan establecer las bases informativas para el fortalecimiento de dicho programa, especialmente en su orientación preventiva. Dentro de las principales líneas de investigación se destaca la salud reproductiva, los problemas de la
atención materno-infantil, ginecología, obstetricia, pediatría, neonatal y la atención física y mental de los niños. (MINSAP, 2007) En esta línea de atención se enmarca el Programa Nacional de Atención a la Pareja Infértil, el cual norma y protocoliza todos los procesos y actividades que se vinculan con la atención médica a parejas con sospecha o diagnóstico de infertilidad en el Sistema de Salud Pública cubano. (MINSAP, 2019: 4)
• Atención médica integral a la familia (Programa del Médico de la Familia): este programa surge en el año 1987, con la finalidad de concretar acciones encaminadas al logro de un estado de salud aceptable en las personas, familias, grupos y comunidad en general, mediante la promoción, la prevención, el diagnóstico temprano, la restauración y la rehabilitación integral, cuando sea necesaria. (Baster, 2005)
Estudios sobre las familias en Cuba
La inclusión de las problemáticas de la familia en las políticas de salud, ha tenido un lugar primordial, aun cuando se concrete en acciones enfocadas sólo para miembros de la misma y no entendida como grupo social. La validación del modelo de familia heternormativo y heterocentrista, permite explicar cómo estas políticas han interactuado con este en el contexto cubano.
Los procesos económicos y sociales que comenzó a vivir el país a partir de los años 90 generaron una serie de transformaciones significativas en la dinámica familiar. Se vio precisada a asumir mecanismos de supervivencia, desarrollando una cultura de resistencia y estrategias de vida para adaptarse activamente a la compleja realidad que vivía el país. Este contexto se ha reflejado en las investigaciones al respecto.
Algunas de las temáticas que han generado el debate de estos estudios están relacionadas con el impacto de los ingresos económicos en las dinámicas internas de la familia y en comparación con otras, generando relaciones de desigualdad. Otro tema de interés está encaminado al reconocimiento de las relaciones de poder motivadas por las cuestiones de género y las diferencias generacionales, producto de la convivencia en el hogar de varias generaciones. La violencia al interior de la familia también ha sonado las alarmas de las investigaciones, ya que este se convierte en un espacio propicio para ejercerla de forma silenciada. Una de las instituciones que se destaca en su quehacer científico y de servicios es el Centro de Orientación y Atención Psicológica (COAP), perteneciente a la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana, el cual desarrolla el Programa de Atención a la Pareja y a la Familia. (Arés; Benítez, 2009)
Además, se han realizado estudios que resaltan las funciones de la familia como agente socializador por excelencia, pero a su vez, con dinámicas internas, que varían según normas, valores, ideologías, hábitos de vida, roles, límites, espacios y mecanismos para la comunicación. El debate que se genera alrededor de este concepto está matizado por posturas que toman como patrón de análisis a la familia tradicional; pero a su vez se establecen otros límites relacionados con el parentesco, la consanguinidad, la afectividad y la existencia de un espacio común.
En este sentido se destacan los estudios de la Dra. C. Reina Fleitas, la cual pertenece al Departamento de Sociología de la Universidad de La Habana. En sus investigaciones destaca la necesidad de retomar el concepto de parentesco para entender a la familia como reproductora y garante de la socialización de la descendencia y la trasmisión de la cultura. La autora resalta la forma en que se pueden definir las relaciones que se establecen entre personas que no cumplen con las condiciones de parentesco o no comparten un espacio común. (Colectivo de autores, 2010) La defensa de estas posturas constituye una muestra de la necesidad de ampliar la mirada a la familia, su composición y dinámicas internas, superando así la concepción de familia sólo por lazos de consanguinidad.
Siguiendo esta lógica en cuanto a la amplitud de la composición familiar, la Dra.C. Patricia Arés define una serie de tipologías, que refuerzan la idea de la familia como un grupo de disímiles características, donde confluyen variables estructurales y psicológicas. Dentro de estos modelos resaltan las familias nucleares, extensas compuestas, extendidas o ampliadas, monoparentales, reconstituidas o reensambladas. (Colectivo de autores, 2010) Estas tipologías y conceptos de familia dejan fuera aquellas formadas por personas del mismo sexo que, aunque no cuentan con amparo legal e institucional, son producto también de los cambios experimentados por la familia y confluyen en la sociedad con los restantes modelos reconocidos.
El Grupo de Estudios de Familia del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS) defiende en sus estudios un concepto que incluye, además de los consabidos lazos de parentesco y consanguinidad, las relaciones interpersonales que se establecen con miembros anteriores a la unión (legal o no). Plantean la necesidad de ajustar los conceptos en función de las demandas impuestas por la práctica social. En uno de sus estudios se enuncian un grupo de recomendaciones que dan cuenta de la necesidad de analizar estas nuevas familias que confluyen en nuestra sociedad. Para este análisis enuncian una serie de indicadores que incluyen niveles de ingreso, condiciones de vida, lugares de residencia, estructura y composición de la misma. Además, se recomienda la inclusión de estudio sobre otros modelos de familia que son parte de la realidad de nuestra sociedad, como es el caso de aquellas que están integradas por parejas homosexuales. (Colectivo de autores, 2010) La diversidad en la composición familiar es evidente en la sociedad contemporánea, lo que conlleva a que las formas de abordar a este grupo social por parte de las políticas sociales, comience a dar un giro.
En Cuba la bibliografía es bastante escasa en cuanto a los temas de la diversidad familiar, aunque se han hecho algunas aproximaciones desde las ciencias sociales, cobrando mayor auge a partir de la década de los 2000. Los temas más recurrentes están relacionados con la conformación de parejas del mismo sexo, abordando el tema de la maternidad y la paternidad. Hacen alusión a los modelos de familia que asumen y cómo las actitudes que reproducen responden, en gran medida, a los modelos tradicionales de familia, buscando, en la mayoría de los casos, disminuir la incidencia de la sociedad. (Rosales, 2013)
Otro de los temas recurrentes en estos estudios está relacionado con la reafirmación de los patrones tradicionales por parte de instituciones de gran impacto en la sociedad, como es el caso de la escuela. En esta institución se valida un modelo nuclear y heterosexual, reforzado en la literatura, donde quedan fuera otros modelos, lo cual genera conflictos para aquellos/as estudiantes que vivencian otra configuración de familia. Otra de las contradicciones que genera esta invisibilización en el contexto escolar está relacionada con los temas referidos a la diversidad y su tratamiento, acentuando los parámetros heterosexistas de la enseñanza. El modelo que se reproduce en la escuela, avala la existencia de una familia nuclear y heterosexual, dejando fuera los cambios que ha experimentado esta institución social. (Puentes, 2016) Otro de los estudios revisados plantea que, dentro de las problemáticas que se reconocen como frecuentes en estas familias, en especial las formadas por hombres, sobresale la alienación parental, producto de un proceso de divorcio conflictivo y en el cual el hombre es expropiado de sus derechos como padre. También hace alusión a la homofobia a la que están sometidas estas parejas que rompen con la heteronormatividad y cómo estas conductas pueden llegar al ámbito familiar y condicionar las dinámicas del mismo. (Novales, 2015)
Es recurrente que se asuman los patrones tradicionales, que la sociedad legitima como característicos de ambos sexos. Es común que estas familias asuman posturas ligadas a modelos tradicionales. En el caso de los hombres con una orientación sexual homosexual que han tenido hijos/as, al indagar sobre las prácticas de paternidad que ejercen, algunos apuestan por el reconocimiento y reforzamiento de posturas masculinas, relacionándolo con los modelos de crianza de que fueron objeto. Adoptan características similares a las de las familias integradas por personas heterosexuales, en aspectos como la capacidad para resolver conflictos, distribución de roles y funciones, expresión de sentimientos e intimidad, entre otros aspectos. (Rosales, 2013)
Los patrones tradicionales interactúan con otros que dotan a esta institución de una mayor versatilidad en cuanto a integrantes, conformación de lazos afectivos y concreción de espacios de interacción. Estas nuevas tipologías deben ser contempladas a la hora de abordar el tema desde las investigaciones y elaborar leyes y políticas sociales que las contemplen y logren satisfacer sus necesidades. Dentro de estas demandas, las relacionadas con la salud entran a jugar un papel preponderante, como expresión máxima de bienestar.
Programa Nacional de Atención a la Pareja Infértil: tratamiento a familias homoparentales
El sistema de salud en Cuba, aun cuando se caracteriza por la accesibilidad y calidad en los servicios, todavía se encuentra mediado por los preceptos del sistema patriarcal. La ausencia de políticas de salud que incluyan los derechos sexuales y reproductivos de las familias homoparentales es un tema pendiente para los hacedores de las políticas.
En relación a estos temas, en el país, todos los procesos y servicios asistenciales relacionados con la reproducción y el tratamiento a los problemas de infertilidad son brindados por el Programa Nacional de Atención a la Pareja Infértil. Se regulan los servicios médicos, las características de las parejas que pueden acceder, los protocolos de funcionamiento en los diferentes niveles de atención y las regulaciones éticas de aquellos profesionales que brindan la asistencia. (Díaz, 2012)
El programa cuenta con indicadores de excelencia, sobre todo en el recién finalizado 2020. El Estado ha dedicado una mayor atención a este particular, ya que los servicios que este brinda inciden de forma positiva en las variables demográficas relacionados con la natalidad y el reemplazo poblacional, que actualmente muestran cifras desfavorables. Los logros alcanzados se evidencian en los indicadores con respecto a años anteriores, los cuales han ido en ascenso2.
Aun cuando existe un Programa como este, con un notable impacto social, la vulneración de los derechos sexuales y reproductivos de las familias homoparentales se ha colocado en la mesa de diálogo de las políticas de salud en el país. En el caso de las que están compuestas por dos mujeres, muchas han percibido un distanciamiento en el momento de recibir atención especializada, específicamente en el examen físico, por parte del personal de salud. Relacionan esta idea con la presencia de prejuicios portados por los mismos, por lo que limitan su asistencia al médico por temor a declarar su historial sexual. En las ocasiones que han acudido en busca de ayuda profesional, se han percatado que existe desinformación y prejuicios encubiertos por parte del personal de salud, plasmándolo en frases como “me pelotean de un lado a otro”. (Frómeta, 2013: 112)
Otro de los derechos que reconocen como vulnerados son los relativos a la expresión libre de la sexualidad, el acceso a la educación de la sexualidad por parte de las instituciones de la sociedad, a técnicas de reproducción asistida para la maternidad y el disfrute de una vida sin discriminación. Los testimonios de las entrevistadas en la misma dan cuenta de la vulneración que sufren en el ámbito de los derechos, en especial, los sexuales y reproductivos, lo que tiene su base en el no reconocimiento y garantía de estos en el sistema legislativo del país y en las prácticas cotidianas de la sociedad. (Rodríguez, 2019; 66-67)
En el ámbito legal se reconoce en la Ley 41 de la Salud Pública y el Artículo 72 de la Constitución, referenciados con anterioridad, el acceso, gratuidad y calidad de los servicios médicos a toda la población. Por tanto, deberían tener acceso al uso de las técnicas de reproducción humana asistida y a la adopción, siempre que cumplan los requisitos legales establecidos para dichos procesos, que van más allá de ser una unión estable reconocida o no legalmente.
Actualmente se lleva a cabo un proceso de actualización de las leyes que rigen los procesos sociales en el país, con la finalidad de atemperarlos a la realidad de la sociedad cubana actual, donde se incluye el mencionado Programa, con la finalidad de brindar un servicio verdaderamente inclusivo.
A modo de conclusión
Las políticas sociales dirigidas a la familia están diseñadas para un modelo nuclear y heterosexual, obviando las tipologías que confluyen en la sociedad contemporánea. En Cuba no existe una política de familia, sino acciones dirigidas a grupos sociales específicos, validando el modelo nuclear y heterosexual. Quedan fuera de estas proyecciones aquellas tipologías que rompen con este ideal de familia, siendo las homoparentales una de ellas. El hecho de que estas no estén contempladas en las políticas sociales de salud y carezcan de reconocimiento legal, las coloca en una situación de desventaja con relación a la accesibilidad a estos servicios.
El Programa Nacional de Atención a la Pareja Infértil tiene protocolizada la atención en todos los niveles de asistencia. Pero opera con el concepto de pareja del Código de Familia vigente, dejando fuera a aquellas que no cumplan con las condiciones que este reconoce. El acceso queda limitado para las familias homoparentales, lo cual contradice los postulados de la Constitución, con relación al acceso de todas las personas a los servicios de salud.
1. Es importante destacar que estos principios se declaran desde la Constitución de la República de Cuba (1976). Artículo 50.
2. Al cierre del 2020, se cuantificó un total de 25 774 parejas que se atendieron por primera vez en el programa, se lograron 7027 embarazos, 830 más que en el 2019 y se reportaron 3642 nacimientos. La cifra de los embarazos logrados constituye la más alta desde la creación del programa. (MINSAP, 2021)
Referencias bibliográficas:
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- Rosales Sanchez, Y. (2013). Un acercamiento a las prácticas de paternidad en los homosexuales que han tenido hijos a partir del tipo de masculinidad que asumen. (Tesis de Licenciatura en Sociología) Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de la Universidad de La Habana.
- Zabala, M. del C. (comp.) (2017) Debates actuales sobre política social. Cuba en el contexto de América Latina y el Caribe. FLACSO.