¿Qué está pasando en EIS en Colombia?
Aprendizajes para tejer - Parte 2
Sistematización de experiencias sobre EIS fuera de la escuela en Colombia
En esta segunda parte las autoras comparten los aprendizajes derivados del proceso de sistematización de seis (6) experiencias de educación integral en sexualidad – EIS – fuera de la escuela implementadas en Colombia.
Por: Johanna Marcela Blanco Barreto y María Isabel Cardona García, UNFPA Colombia
En esta segunda parte se pretende compartir los aprendizajes derivados del proceso de sistematización de seis (6) experiencias de educación integral en sexualidad – EIS – fuera de la escuela implementadas en Colombia. La primera parte la pueden encontrar en el Boletín N°12.
¿Qué aprendimos?
A continuación, se presentan las lecciones aprendidas, comunes entre las experiencias, para cada fase desarrollada:
Alistamiento
“Ellos como sujetos de derechos no se reconocían.
Muchos no sabían sus nombres ni sus apellidos, entonces su identidad no era propia. Las familias nos empezaron a manifestar que el tema de la sexualidad era un tema muy estresante para ellos, porque no sabían ni cómo llamarlo, ni cómo enseñarlo, ni cómo, de alguna manera, acompañarlo. Inclusive jóvenes de 21 años que no sabían cuáles eran sus partes sexuales, no sabían qué era un ciclo menstrual”.
(Líder de la experiencia - Fundamiser)
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Resignificar la visión de la niñez, y la juventud. Culturalmente se han desarrollado creencias, prejuicios y estereotipos alrededor de estas etapas del desarrollo que terminan por reforzar actitudes desiguales hacia niños, niñas y jóvenes en sus diferentes dimensiones, y más aún, en su dimensión sexual.
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Abordaje positivo de la sexualidad: Toda experiencia debe proponerse como un escenario en el que la sexualidad no se puede separar de la persona misma, independiente de la edad; de cara a que implica la integración de los aspectos biológicos, socioculturales, psicológicos y éticos, que definen y constituyen a la persona como sujeto sexuado (Salas y Campos, 2002).
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Foco en la autonomía y autodeterminación como principios de la construcción de las identidades de niños, niñas y jóvenes, como base para el respeto y la garantía de los Derechos Sexuales y los Derechos Reproductivos.
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Reflexión sobre el propósito del proceso educativo: Antes de planear la experiencia, se hace necesario que cada organización viva un proceso de reflexión y formación basada en la evidencia, orientada hacia la sexualidad, desde el Enfoque Basado en los Derechos Humanos, la perspectiva de género y el enfoque diferencial, que interpele y resignifique los saberes de todo el equipo que trabajará en la iniciativa.
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No menos importante, se sugiere considerar elementos como: el nombre de la experiencia, el logotipo, y todos aquellos recursos que estén diseñados para darle identidad a la misma, con el fin de contribuir a reafirmar la pertenencia a un grupo. Esto aporta a la construcción de la identidad social que se origina en la idea de que “...por muy rica y compleja que sea la imagen que los individuos tienen de sí mismos en relación con el mundo físico y social que les rodea, algunos de los aspectos de esa idea son aportados por la pertenencia a ciertos grupos o categorías sociales” (Tajfel, 1981).
Planeación
“No solo los padres, sino los mismos jóvenes, tienen una serie de imaginarios muy arraigados sobre la sexualidad, sobre el embarazo, sobre la orientación sexual, sobre los derechos mismos, haber partido de esa investigación hizo posible que el diseño de la estrategia realmente le apostara a ese tipo de elementos. Para este proceso de planeación, se desarrollaron varias jornadas de trabajo para definir alcance, objetivos, contenidos y pautas metodológicas para desarrollarlos. Se tuvo muy en cuenta que el nivel de conocimiento de los participantes era diferente, que las jornadas se desarrollarían solo en máximo 3 o 4 horas por sesión, y que era muy importante la incorporación de actividades muy lúdicas y contextuales”.
(Líder de la experiencia de Corporación Gestión y Acción Social).
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Crear una visión compartida de lo que se quiere con la experiencia. Esto favorece anticipar las posibles consecuencias que tiene para un proceso actuar o no actuar, prever los riesgos que pueden causar las diferentes acciones y plantear alternativas para contrarrestarlos o mitigarlos.
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Definir una estructura del proceso para establecer tiempos, recursos y, además permita que a medida que avanza la experiencia, se entienda cómo va el proceso.
Las y los protagonistas de las iniciativas describieron LA LECTURA DE CONTEXTO como la semilla de la experiencia. No obstante, en la mayoría de las iniciativas, pese a que se realizó este proceso, se perdieron de vista otros aspectos, que le dan valor a la experiencia como:
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Una caracterización detallada de los grupos familiares (desde los aspectos sociodemográficos hasta las dinámicas de relacionamiento). Las experiencias sobre EIS, fuera del contexto escolar, potencian la participación de las familias. Es por esto que, haciendo una lectura detallada de sus características y dinámicas, se tendrá un acercamiento más apropiado y, en definitiva, sabrán qué tanto y cómo, el grupo familiar, puede vincularse activamente. Este es un factor protector de la experiencia. Según lo expuesto por las Orientaciones técnicas y programáticas internacionales sobre educación integral en sexualidad fuera de la escuela (UNFPA, 2020), la familia juega un papel importante en la educación de sus hijos e hijas, sin embargo, la evidencia muestra que no cuentan con las competencias necesarias para proporcionar una educación de calidad, veraz, confiable, y adecuada.
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Unido a lo anterior, debe realizarse un mapeo de la situación política que se vive en el territorio en donde se desarrollará la experiencia. Esto permitirá conocer el tipo de articulación que se puede realizar, las entidades y organizaciones con quienes se pueden establecer sinergias que fortalezcan el programa y, de esta manera, se logre hacer un ejercicio de incidencia en lo local frente a la garantía de Derechos Sexuales y Reproductivos de niños, niñas y jóvenes.
Además de lo anterior, en la planeación conviene identificar:
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Las experiencias locales ya desarrolladas, o en proceso.
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Los proveedores locales de alimentos, materiales, y servicios.
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Las zonas de riesgo para los y las participantes. Esto con el fin de garantizar que los espacios donde se desarrolle la experiencia, sean dignos, seguros y favorezcan la confidencialidad.
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Desde la perspectiva pedagógica, es clave comprender que la EIS de calidad, debe estar basada en un currículo, independiente si la experiencia se realiza dentro o fuera de la escuela. Es decir, deben estar claros los conceptos clave, temas y objetivos de aprendizaje relacionados con la salud y resultados del comportamiento directamente asociados con esos objetivos.
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Sobre lo anterior, las experiencias sistematizadas coincidieron en que los currículos deben contemplar de manera transversal EL AGENCIAMIENTO,[2] que implica un proceso de construcción y deconstrucción permanente de las percepciones, creencias, prácticas y relaciones de niños, niñas y jóvenes a partir de los significados asignados a sus culturas, en un momento histórico y, tomando como referencia cada contexto sociocultural. El agenciamiento personal y social de niños, niñas y jóvenes es condición esencial para la exigibilidad de sus derechos.
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Otro de los aspectos que debe ser riguroso en este tipo de experiencias es la selección de los y las profesionales que facilitarán la iniciativa. Sobre esto las experiencias enfatizan en:
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Definir el perfil que explicite la formación, la experiencia, así como, los conocimientos, actitudes, y habilidades requeridas para este rol.
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Tener claro los pasos y filtros para la selección y contratación del equipo facilitador.
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En la medida de lo posible, se deben buscar profesionales cuya disponibilidad sea de tiempo completo. Atender el desarrollo del proyecto significa participar de sesiones de planeación, retroalimentación, formación, gestión y trabajo de campo.
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Promover que el equipo sea de la zona donde se desarrollará la experiencia. Esto en muchos casos resulta un desafío, pues en muchos territorios del país focalizados para implementar este tipo de programas, son pocas las personas con la formación requerida, o con la experiencia suficiente, para trabajar este tipo de iniciativas y, aquellas personas que cumplen con los criterios tienen uno o dos trabajos adicionales. Sobre esto, se recomienda actuar bajo el principio de flexibilidad y considerar a aquellas personas de la zona, con un perfil cercano al esperado.
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Contemplar procesos de formación y capacitación del equipo. Al contribuir al desarrollo profesional de los y las facilitadoras, le ayudará a garantizar que el programa sea de calidad. Esto, junto a la revisión periódica de los materiales de apoyo y herramientas utilizadas para la implementación, asegurarán que sean actualizados y pertinentes.
Implementación
“Llamado a silencio y concentración: Facilitadora: ´Cuando una mujer habla…´
Participantes: ´…merece ser escuchada´
Llamado al respeto: Facilitadora: ´Una mujer…´
Participantes: ´… nunca juzga a otra mujer´
Llamado al apoyo mutuo: Facilitadora: ´Cuando las mujeres se unen…´
Participantes: ´…como las aguas, crecen´
Llamado a la comprensión: Facilitadora: ´Nuestro poder es…´
Participantes: ´Nuestro conocimiento´
Llamado a la autonomía: Facilitadora: ´Una buena decisión es…´
Participantes: ´Libre e informada´
Llamado al autocuidado: Facilitadora: ´Mi cuerpo es…´
Participantes: ´mi territorio´”
(Ritual de interacción - Experiencia Baruleras Poderosas).
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Usar una variedad de métodos que involucren el movimiento físico, apelen a las emociones de los y las jóvenes y estén sintonizados con sus intereses; estos demostraron tener mayor influencia en las percepciones y actitudes de las y los participantes. Se debe sumar empatía, entusiasmo y una actitud cálida y libre de prejuicios entre el facilitador(a) y el o la joven.
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El ejercicio metodológico resulta clave en la identificación y sanación de niños, niñas y jóvenes que a lo largo de su vida han sido sujetos de exclusión y de diferentes tipos de violencia, incluida la sexual. De esta manera, las actividades propuestas y su correcta implementación permitirán desencadenar reacciones y comportamientos protectores y cuidadores de sí mismos y de sus pares. La propuesta de Randall Collins (2009) apuesta porque la mayoría de los aspectos de nuestras vidas se mueven impulsados por una fuerza común, que no es otra cosa que lo que el autor denomina los “rituales de interacción”. Además, afirma que “Los rituales eficaces no sólo crean y recrean símbolos de pertenencia grupal, sino que también infunden energía emocional en sus participantes”.
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Los ambientes importan pues son condiciones que favorecen o no, la adquisición de conocimientos, y la puesta en marcha de competencias. Se debe valorar las posibilidades de cada espacio para la interacción, el movimiento, y la intimidad.
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Sobre el tiempo de duración de estas iniciativas, las experiencias sistematizadas que fueron desarrolladas entre cuatro (4) y seis (6) meses, resaltaron la importancia de que los tiempos sean más extensos (mínimo 1 año). Esto con el fin de hacer un adecuado proceso de alistamiento y planeación, una implementación que no solo imparta formación, sino que permita fortalecer y evidenciar aprendizajes, involucrar a las familias y comunidades, hacia la autotransformación, y desarrollar ejercicios reales de articulación interinstitucional [3].
Por último, el saber generado a través de un proceso de sistematización contribuye a comprender el impacto del trabajo realizado, los efectos de las diferentes intervenciones y la manera en que suceden estos cambios. Desde esta perspectiva, a través de la sistematización de experiencias son innumerables los aportes, desafíos y retos que se logran recopilar. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, se direcciona la experiencia a la implementación, cayendo en el activismo y se pierden de vista esos aprendizajes. Es por esto que, se debe considerar dentro de todas las prácticas y programas venideros, afianzar: el desarrollo de registros periódicos y espacios para la reflexión crítica, que permitan, como dice Jara (2018, p. 21), “Construir nuevos saberes, sensibilidades y capacidades, que nos permitan apropiarnos del futuro”.
[1]Orientaciones técnicas internacionales sobre educación en sexualidad. Un enfoque basado en la evidencia (UNESCO, 2018)
[2] La Agencia se refiere a “los eventos de los cuales un individuo es un autor, en el sentido de que un individuo podría, en cualquier fase de una secuencia dada de conducta, haber actuado de manera diferente” (Giddens, 1986, citado en Ema, 2004, P. 15), en este sentido, la agencia es la capacidad que tienen las personas para actuar de manera autónoma.
[3] Se refiere a la posibilidad de crear visión compartida entre el territorio, sus instituciones junto con la organización responsable de la puesta en marcha de la experiencia. Además, hablar de la Sexualidad, en nuestro contexto tiene miradas multidimensionales y no es un tema neutral, lo que demanda tiempo para concertar una mirada basada en la evidencia. Por último, las articulaciones interinstitucionales no solo se tratan de contar con el apoyo de las diferentes instituciones en actividades, sino de posibilitar un camino común en el que el territorio se apropie de la EIS, como parte de su agenda pública.
Referencias
Ema López, J. E. (2004). Del sujeto a la agencia (a través de lo político). Athenea Digital, núm. 6: 1-24 (primavera 2004)
Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNFPA (2020). Orientaciones técnicas y programáticas internacionales sobre educación integral en sexualidad fuera de la escuela.
Jara, O. (2015). Dilemas y Desafíos de la Sistematización de Experiencias [Challenges and dilemmas of the Experiences Systematization]. Centro de Estudios y Publicaciones Alforja. Costa Rica.
Jara, O. (2018). La sistematización de experiencias: práctica y teoría para otros mundos posibles. Bogotá, Colombia: Cinde. Obtenido de https://repository.cinde.org.co/bitstream/handle/20.500.11907/2121/Libro%20sistematizacio%CC%81n%20Cinde-Web.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO. (2018). Orientaciones técnicas internacionales sobre educación en sexualidad. Un enfoque basado en la evidencia. París: UNESCO
Rizo García, Marta. (2015). Interacción y emociones: La microsociología de Randall Collins y la dimensión emocional de la interacción social. Psicoperspectivas, 14(2), 51-61. https://dx.doi.org/10.5027/PSICOPERSPECTIVAS-VOL14-ISSUE2-FULLTEXT-439
Salas, J.M. y Campos, A. (2002). El placer de la vida. Sexualidad infantil y Adolescente: su pedagogía a cargo de personas adultas. San José. Lara Segura Editores. p.19 -21.
Tajfel, H. (1981). Human groups and social categories. Cambridge: Cambridge University Press (Versión española Tajfel, H. [1984]. Grupos humanos y categorías sociales. Barcelona: Herder).
Contacto:
María Isabel Cardona, mcardona@unfpa.org
Johanna Blanco, jblanco@unfpa.org
www.eiscolombia.org