← Boletín 6 - Agosto 2019

IntercambiEIS
Boletín digital de Educación Integral en Sexualidad para América Latina y el Caribe

Haciendo camino al andar (3)

Jornadas ESI en la escuela: relato de una experiencia significativa

Por María Maia Fernández Albornoz y Matías Damián Maccaferro

Se presenta la experiencia de las Jornadas ESI del Instituto Don Bosco de Mar del Plata sobre temáticas elegidas por los y las estudiantes, con una gran participación juvenil. Se organizaron y desarrollaron más de treinta espacios diversos de intercambio y reflexión ligados a los derechos sexuales, la diversidad, perspectiva de género, prevención de violencia y abuso.

Resumen: En respuesta a la inquietud de las y los alumnos de Secundaria, en consonancia con la ley 26.150 y la incorporación de la Semana de ESI al Calendario Escolar, se organizaron dos Jornadas por el Equipo de ESI del Instituto Don Bosco de Mar del Plata junto a instituciones de la comunidad. Una experiencia enriquecedora desde lo personal y lo colectivo, en la cual todos crecimos. 

Palabras clave: Ley 26.150 - diversidad - aceptación - adolescentes - secundaria - equipo ESI.

Fundamentación 

En Argentina, la ley 26.150 Programa de Educación Sexual Integral - promulgada y sancionada en 2006 - establece que “todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal”. A su vez, diez años después de sancionada la Ley, quedó incorporada por la Dirección General de Cultura y Educación de la Nación la “Semana de la ESI” en el Calendario Escolar. Pese a este panorama, es sabido que queda a la buena voluntad del cuerpo docente y directivo que se permitan generar propuestas educativas orientadas a la formación equilibrada de las personas, promover actitudes responsables ante la sexualidad y la salud en general, procurando la igualdad de trato y oportunidades para las y los jóvenes. Particularmente en nuestra institución, desde 2017, se fue conformando un equipo de ESI integrado por docentes de diferentes áreas, dispuestos a atender la necesidad del alumnado de ser escuchados y de hablar sobre temáticas relacionadas a la educación sexual integral, desde una perspectiva que las y los implique y esté relacionada a sus inquietudes. Frente a dicha necesidad, entendimos que nuestro rol adulto era el de invitar a la reflexión, brindar acceso a la información actualizada y de calidad y fomentar encuentros de diálogo respetuoso. Así se pensó en la propuesta de realizar las Jornadas ESI con suspensión de clases, para brindarle al espacio, la importancia que merecía. 

Objetivos 
Se hace camino al andar 

La ESI es transversal y tiene que ser abordada desde todos los espacios curriculares, pero de alguna forma hay que empezar. Conformar un grupo de trabajo que tenga las mismas ganas de atender a las inquietudes de la juventud, cumpliendo esta ley, es el primer paso. Además, es necesario contar con un Equipo Directivo que habilite y difunda la posibilidad de participar de este tipo de propuestas. En nuestro caso, la convocatoria hecha en la reunión institucional de principio de año, fue importante para conformar el equipo de ESI 2018. 

A partir de allí fuimos once personas - incluidos una como referente del Equipo de Orientación Escolar y uno de Pastoral, ya que la escuela es confesional - que trabajamos a la par, potenciando nuestras fortalezas, con un mismo objetivo: hacer algo que marque un precedente. Así surgió la idea de las “primeras Jornadas ESI en el IDB”. La propuesta tenía un público concreto, que eran nuestros alumnos, y se comenzó escuchándolos. Se elaboraron encuestas que proponían diversas temáticas a incluir, enfatizando la perspectiva de derechos. De los resultados desprendidos, nos dimos cuenta que la lista inicial que habíamos hecho no distaba de lo que los chicos y las chicas reclamaban: el conocimiento del cuerpo y formas de cuidar la salud, métodos anticonceptivos e infecciones de transmisión sexual, la importancia de expresar emociones y sentimientos, saber a quiénes acudir cuando un derecho es violentado, prevención del abuso en la infancia, violencia sexual, respeto por la diversidad sexual y de género, estereotipos, la mirada crítica hacia los mensajes que dan los medios de comunicación, ideales de belleza impuestos, respeto a la intimidad propia y ajena en las redes sociales, marco jurídico de la ESI y vínculos afectivos saludables, entre otros. 

Una vez definidos los temas a tratar y las fechas de realización de las jornadas, se conformaron ocho de los espacios a ofrecer por quince docentes de la casa, de los cuales sólo seis formaban parte del Equipo de ESI. Las otras trece ofertas fueron de agentes externos quienes destinaron parte de su tiempo para acompañarnos. La agenda estaba fijada y sólo nos restaba que las y los estudiantes se inscribiesen previamente a dos propuestas en total según su interés particular. La jornada se dividía en dos bloques: el primero de 8 a 10 hs y el segundo de 10.30 a 12.30 hs, con un corte de media hora para desayunar o aprovechar la Alfombra Literaria que estudiantes de quinto año de la orientación en Ciencias Sociales habían preparado desde los espacios curriculares de Comunicación, Cultura y Sociedad y Literatura. Ello da cuenta que el trabajo previo a las Jornadas fue también sumamente enriquecedor. Las inscripciones se abrieron en dos horarios diferentes según el nivel (Básica y Superior), a través de un enlace en el Campus Virtual de la Institución. 

El gran día 

Como en todo equipo de trabajo, la división de roles es fundamental, especialmente en el día del encuentro. Los docentes que dieron talleres se abocaron a eso, otros estuvieron a cargo de revisar los listados de inscripción, la toma de asistencia y la recepción de los invitados que se efectuó con la colaboración de alumnas y alumnos que se ofrecieron como guías para ambos días. Su rol fue clave al momento de acompañar a los disertantes a sus aulas, disponer del material necesario para que la misma se pueda desarrollar y, por último, fueron los docentes quienes solucionaron en forma práctica alguna situación imprevista que pudiera surgir. Las jornadas se desarrollaron en un clima ameno y alegre donde quienes asistieron pudieron vivir una experiencia distinta en una galería donde los colores fueron los encargados de borrar los grises de la rutina, la tensión de las notas y el peso efímero de lo cotidiano, para dar lugar a un espacio de encuentro donde el tema de conversación era el compartir lo aprendido. El “¡no sabes lo que te perdiste!” o “mira que interesante esos libros” se repetía en las charlas de los disertantes en las pausas. 

En general, se contó también con la colaboración de los docentes que se encontraban en disponibilidad horaria, quienes, en su mayoría, fueron los receptores del entusiasmo de chicos y chicas plasmando las distintas sensaciones en unos afiches que se encontraban pegados al salir de cada aula. 

Las jornadas marcaron un punto de inflexión en la institución no sólo por la temática trabajada, sino también, porque dejó en evidencia el sentido de pertenencia de los alumnos, enseñándoles, una vez más a los adultos acerca de la importancia de escuchar las inquietudes de los jóvenes, acompañarlos y, sobre todas las cosas, contar con el espacio para poder expresarlas. 

El día después, la evaluación de las jornadas 

Cuando distribuimos los días de esa semana especial, siempre se supo que la evaluación de los encuentros sería importante que haga partícipe a los estudiantes. Para ello se reservaron las dos primeras horas del viernes donde todos los cursos se reencontraron para poder compartir e intercambiar las experiencias de haber asistido a los diferentes talleres. Se armó un cronograma para que un docente o preceptor propiciara el intercambio.  El tiempo asignado para esta actividad resultó insuficiente. Si bien completaron las encuestas para la evaluación - lo que nos daría la pauta de la recepción, pero también de las debilidades y fortalezas de la propuesta - los y las estudiantes siguieron dialogando sobre sus experiencias durante el resto de la mañana y a expresar su agradecimiento por lo vivenciado. También compartieron su alegría a través de las redes sociales con comentarios o cartas de agradecimiento. 

Entre las recomendaciones para la mejora se destacan: la necesidad de una mayor antelación para las inscripciones a las propuestas, así como también para la publicación de los listados de inscripciones. Le siguió el hecho de poder asistir a más talleres, pero eso implicaría agregar un tercer turno. En la mayoría se remarcó la “necesidad de contar con espacios como estos”, “el aprendizaje desde el encuentro”, “la valiosa información brindada”, “la importancia de sentirse escuchados y respetados”, “el orgullo de formar parte de la institución que acerque esta propuesta”, “el sentirse parte” y “la felicidad” que sintieron durante y después de esos días. 

Por otro lado, el resto del cuerpo docente manifestó su interés por sumarse a una propuesta futura, así como el reconocimiento de la calidad del material que brindaban los disertantes, la apertura de canales de comunicación con otras instituciones, el cuidado de los oradores al hablar con los jóvenes respetando su edad y que todos/as entendieran el respeto por los Derechos de los Niños y los Adolescentes. 

Involucrarnos con temáticas de Educación Sexual Integral sigue siendo un desafío, aún en nuestro país que tiene un marco normativo, pero la ESI nos atraviesa, nos interpela y ya no puede ser dejada de lado. 

Contacto: fernandezmmaia@gmail.com y mdmaccaferro@gmail.com

Referencias bibliográficas:

Ley 26.061. De protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes. Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Presidencia de la Nación Argentina, Buenos Aires, 28 de septiembre de 2005. 

Ley N° 26.150. Programa de Educación Sexual Integral. Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Presidencia de la Nación Argentina, Buenos Aires, 4 de octubre de 2016. 

Lineamientos curriculares para la Educación Sexual Integral, Ministerio de Educación, Presidencia de la Nación Argentina, Buenos Aires, mayo de 2008.